Algunos, conocedores de las posibilidades de financiación de parte de las entidades bancarias prefieren abandonar su idea antes de endeudarse por miedo a fracasar. Los más arriesgados inician con sus limitados recursos económicos esperanzados en que su negocio se apalancará solo, pero en poco tiempo llega la iliquidez por el bajo volumen de ventas y de gastos insostenible por lo tanto se ven obligados a cerrar porque, también como los primeros, piensan que la financiación de un negocio depende solamente […]