Como Crear Empresa

Incluye a Dios en Tus Planes Para Emprender

febrero - 23 - 2021

“De nada sirve, mi querido lector, que vivamos soñando y anhelando cosas grandes que podemos construir en nuestra imaginación a modo de visión, si no diseñamos un plan y ponemos manos a la obra y bregamos por la concreción de lo que visionamos.”

“El hombre hace planes, pero es el señor que dirige sus pasos” Proverbios 16:9

Existen muchos planes como el plan de vida, plan de carrera, económico, financiero, etc. pero en el tema específico del emprendimiento existe uno muy común denominado Plan de negocio, pero poco practicado por los emprendedores.

A su vez en el proceso de planeación existen planes, entre ellos los 8 más comunes como los enuncia Action Coach- business coaching y de paso yo agregaría uno más para que sean 9. Este es la visión, así entonces estos son los 9  planes:

Misión, visión, propósito, objetivos, estrategias, políticas, procesos, presupuesto y programas.

Para no hacer tan largo este post, solamente me voy a enfocar en el plan de la visión, los ocho restantes los dejaré para una entrega posterior.

Veamos la planeación desde un punto de vista espiritual, como una guía para entender que no es por el sentir que nos conviene iniciar un negocio o empresa.

Muchos emprendedores piensan que su idea, su producto o servicio es el mejor del mundo y se lanzan a invertir con sus propios recursos o a buscar los recursos para iniciar su flamante negocio.

Aquí lo que tenemos que hacer antes de iniciar, es discernir es decir distinguir una cosa de otra señalando la diferencia que que hay entre ellas.

Desde el punto de vista de los negocios, discernir está relacionado con evaluar y analizar el mercado y el entorno en el que vamos a emprender teniendo en cuenta calidad, producto, precio y servicio entre otros atributos que deseamos ofrecer.

Sólo así en el anteproyecto podremos determinar la viabilidad del negocio o empresa.

Por lo tanto y sin ser religiosos tenemos que entender que Dios quiere cosas buenas para nosotros. Él no da lo que no nos conviene. Por ello a mi me parece importante incluir a Dios en nuestros planes para emprender.

Para la muestra un botón, en mi caso particular ya tengo diseñado un plan para iniciar un nuevo negocio, pero tengo una traba con los recursos económicos requeridos para la adquisición de los recursos tangibles e intangibles para el funcionamiento de la operación.

Cuento con la fuente externa para la financiación, pero he tenido unos inconvenientes inesperados para el trámite normal.

Cuento con la experiencia, conozco el negocio y el producto  que estoy planeando vender, pero aveces siento desesperanza y hasta pienso que será que no me conviene el negocio, por las trabas que se me han presentado.

Pero no hay tal, no soy pesimista, simplemente estoy confiando en Dios y sé que él quiere cosas buenas para mi y si los recursos necesarios resultan es porque conviene. No sólo por los recursos económicos sino por la experiencia y conocimiento que tengo del negocio.

Esa es mi visión, iniciar un nuevo negocio, y seguramente también será tu visión. Lo importante es saber qué hacer con esa visión, es decir contar con los recursos, el conocimiento y la experiencia para implementar, aplicando el plan diseñado.

En la empresa o negocio, la misión es la razón de ser, es el producto o servicio que vamos a ofrecer y de acuerdo a mi experiencia debe ser lo primero. Si tenemos producto y servicio apalancados con recursos económicos, podemos iniciar un negocio con una alta probabilidad de éxito.

Todo lo que te he contado hasta aquí, quiero complementarlo con un tema espiritual que encontré en un post que me ayudó a ampliar mi visión y que cae como anillo al dedo para llevar a cabo un plan contando con la ayuda divina y te lo voy a compartir.

Quiero comenzar por la visión, la cual te transcribo textualmente para que la tengas en cuenta en tus planes. Se trata de un post titulado “Dios es un Dios de planes… si eres su hijo no deberías tener uno? Escrito por Maximiliano Contreras, de Renuevo de Plenitud y que recibí en mi correo electronico.

Y ese plan,  es tu Plan de negocios, valga la redundancia para iniciar tu negocio:

Aquí está lo que te voy a compartir textualmente:

“La visión es la que nos conduce hacia la meta. Por medio de ella vemos a dónde deseamos llegar, o a dónde Dios nos quiere llevar. Por otra parte, la misión compromete nuestra obediencia y esfuerzo, Dios le dijo a Josué:

“Solamente esfuérzate y sé muy valiente,  para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó;  no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra,  para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas”- Josué 1:7 -Y esto, ocurre dentro de un plan que tiene el poder de trascender a los mismos protagonistas.

Mi estimado lector, ha llegado el momento de encapsular en pequeños términos lo que hemos analizado hasta aquí. Los términos que vemos presentes en lo que hemos examinado, explícita o implícitamente, son:

  •  Plan (el trazado estratégico de Dios)

    •    Visión (expresión descriptiva)
    •    Misión (compromiso con la causa, por medio de la obediencia)
    •    Presupuesto (esto es el costo, de dejar una tierra y conquistar otra)
    •    Tiempo (cada acción fue llevada a cabo en un tiempo específico)
    •    Metas (objetivos claros y bien definidos)
    •    Estrategias (para cada movimiento y para cada ciudad que tomó el pueblo de Israel había una)
    •    Recursos (Israel llevó consigo las riquezas de Egipto Éxodo 11:2 y Dios mismo peleando la batalla con ellos y por ellos, era el recurso más grandioso y garantía de éxito.

Josué 5:13 dice: Estando Josué cerca de Jericó,  alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,  el cual tenía una espada desenvainada en su mano.  Y Josué,  yendo hacia él,  le dijo: ¿Eres de los nuestros,  o de nuestros enemigos? Josué 5:14  El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.)

  •  Beneficiarios (todos los descendientes de Abraham)

    Estos eran los componentes del Plan estratégico de Dios para con su pueblo Israel. Dios tenía un gran proyecto en mente. Este proyecto respondía a ciertas preguntas que siguen un orden lógico, dentro de un marco coherente. Los interrogantes son:

  •  Qué (Qué se quiere hacer o lograr) = Visión

    •    Quiénes (Quiénes serán comisionados para hacer) = Misión

    •    Con qué (Con qué lo vamos a hacer) = Recursos

    •    Dónde (Dónde lo vamos a hacer) = Territorio asignado.

    •    Cuándo (Cuándo lo vamos a hacer) = Tiempo

    •    Cómo (Cómo lo vamos a hacer) = Planificación Estratégica y Operativa.

    •    Para qué – por qué (Para qué y por qué lo vamos a hacer) = Cuál será el beneficio o propósito y quiénes serán los beneficiarios.

Cuando somos guiados por el Señor, y aquí equivale decir; guiados por el Espíritu, pues 2 Corintios 3:17  dice: “Porque el Señor es el Espíritu”. Nuestra vida es elevada a un plano superior y comienza a ser guiada en el orden divino, dentro de un marco de coherencia divina, que para la mente no renovada en Cristo puede sonar a locura.

Dice 1 Corintios 2:1… “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,  porque para él son locura,  y no las puede entender,  porque se han de discernir espiritualmente”. No significa que si es guiado por el Espíritu tenga que ser un improvisado, llevado por el “sentir”.

Cuidado con el sentir, no siempre los sentires son fundados en la palabra profética más segura que es, La Palabra de Dios. El texto citado dice que el hombre espiritual discierne lo que percibe.

Discernir significa: Distinguir una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ellas. Entonces, alguien que es guiado por el Espíritu, es alguien que tiene una visión clara en su espíritu. Por tal motivo, puede distinguir objetivamente entre una cosa que es de Dios, y otra que se parece a algo de Dios.

El que discierne ve las cosas con tanta claridad que puede hacer un relato detallado de lo que discierne.

Fíjese lo que las Escrituras dicen del profeta Daniel:

  •  Daniel 6:3 “Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores,  porque había en él un espíritu superior;  y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino”.
    ¿Por qué razón había en Daniel un espíritu superior?
  •  (Biblia Latinoamericana 1995) Daniel 1:17: (Porque) Dios les concedió a esos cuatro jóvenes la sabiduría y la inteligencia, tanto en literatura como en filosofía; Daniel era hábil para explicar las visiones y los sueños.
    Una persona que ha desarrollado la capacidad de explicar una visión, sea ésta una visión profética, o una visión perteneciente al plano natural, es una persona que tiene profunda claridad de los hechos presentes y por venir. Por lo tanto, es la persona más indicada para guiar a un objetivo específico y exitoso a quien o quienes lo sigan.

Esta fue la virtud que vio Darío (Daniel 6:1-3) en el profeta Daniel, por tal motivo su pensamiento era ponerlo por sobre todos los gobernadores de su reino.

Otro ejemplo de esto, fue José, lea por favor todo el capítulo 41 del libro de Génesis para que pueda comprender en profundidad a lo que estoy haciendo referencia. Ahora bien, si ya lo ha leído, sólo voy a citar los hechos escuetamente.

Faraón tuvo un sueño profético y le fue informado a éste que José tenía la habilidad de explicar visiones (sueños). Por tal motivo, José fue traído a su presencia y Faraón le contó la visión nocturna, de la cual José le hizo una descripción en detalle. Por ello, agradó a Faraón poner a José a gobernar sobre todo Egipto; sólo él (el Faraón) estaría sobre él en autoridad. Dice el texto bíblico que una vez que José tomó el gobierno en sus manos, su administración fue próspera y bendecida por Dios, pues llevó a cabo un plan estratégico sustentable y sostenible que permitió salvar a todo Egipto de la calamidad del hambre.

¿Qué tenían en particular José y Daniel? La respuesta es, que tenían la habilidad de describir una VISIÓN. No sólo eran hombres de visión, sino que la podían describir claramente y sabían qué hacer con ella. Muchas personas son como Nabucodonosor en el tiempo de Daniel y Faraón en el tiempo de José, que tienen sueños o visiones y no saben qué hacer con ello.

De nada sirve, mi querido lector, que vivamos soñando y anhelando cosas grandes que podemos construir en nuestra imaginación a modo de visión, si no diseñamos un plan y ponemos manos a la obra y bregamos por la concreción de lo que visionamos.”

Ricardo Torres G.

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